Mónica Moussali, la nueva era del muralismo

A través de las series Abstracto, Ensamblados y Geométricos, la artista Mónica Moussali y sus hijas Rebeca y Arlette Hacoba, realizan auténticos murales que han trascendido en los mundos del arte e interiorismo

Texto: Luis Felipe Hernández Beltrán
Fotografías: Cortesía de Mónica Moussali y Luis Felipe Hernández Beltrán


El camino no es un método, el camino es la infinidad del pensamiento, se está siempre en camino”: Mónica Moussali.

De lejos parece un conjunto de agua cuyo oleaje crece y baja, pero conforme uno se acerca, se ven claro que es un mosaico de distintas ondas enclavadas en una pared; y así lo mismo puede pasar con animales y otros elementos de la naturaleza y hasta paisajes.

Ese conjunto de ilusiones ópticas que llevan a percibir la realidad de manera distorsionada a través del sentido de la vista es parte de un juego que Mónica Moussali, utilizando distintas texturas, colores, luces y espacios, quiere lograr con todas aquellas personas que, consicente o inconscientemente, se detienen a ver sus obras.

Así, la era moderna del muralismo e interiorismo, no solo mexicano sino también mundial, no se comprendería igual sin Mónica Moussali, que aunque si bien es el nombre de la reconocida muralista mexicana, también es el nombre del proyecto que esta artífice mexicana viene realizando desde 2014 y desde 2016 lo lleva a cabo en compañía de sus hijas Rebeca y Arlette Hacoba Moussali. El trabajo de estas artistas es un proceso largo al borde del misterio y del límite de lo desconocido.

Con ello, hoteles, restaurantes, oficinas y hasta residencias tienen en sus paredes el sello Mónica Moussali, quien se adecua al gusto y necesidades de sus clientes, ofreciéndoles atractivas propuestas y cuyo trabajo se divide en tres series: Abstractos, Ensamblados y Geométricos.

 

Abstractos: A partir de la descomposición orgánica de la figura a través del ojo y sus constantes trampas. Retoma la estereotomía para crear, a partir del corte, la fluidez de la forma. En las figuras no hay nada más sagrado que el tiempo como un tributo, como manera de construir el pensamiento, explorando el significado sobre la historia oculta dentro de recuerdos, narrativa, vida y sentido.

Ensamblados: El verdadero sentido de las piezas entre lo abstracto con sus texturas formando nuevas sensaciones lleno de colores, tonos y saturación. El objetivo es conocer, a partir de la mirada, el entorno, sus contrastes y cambios yendo de lo interno a lo externo. Explorando en su sentido más literal la naturaleza y sus texturas. La obra denota un concepto de tiempo eterno, siendo su belleza lo que perdura, pues hay un juego de luces que hace crecer o empequeñecer el objeto y su sombra.

Geométricos: En estas piezas se juega intencionalmente con el ojo y su forma reticular para promover efectos que asemejen el movimiento. La teoría del color y el juego del movimiento revelan la idea tradicional del diseño en conjunto con la innovación tecnológica.


Con ello, Mónica, Rebeca y Arlette esperan seguir impactando al mundo a través del juego abstracto, ensamblado y geométrico; con formas y fondos interminables en perpetuas obras de arte.




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